Querida señora de la seguridad social...

Hoy me acerque a su mostrador preguntando por la posibilidad de acogerme a la prestación de maternidad dado que iba a ser padre por gestación subrogada. Primero de todo enhorabuena, usted tiene el mérito de haber sido la primera persona en tratarme con desprecio al conocer esa situación. Hasta ahora lo había comentado con familiares, amigos, conocidos, compañeros de trabajo, empleados de otras administraciones y demás, pero únicamente usted ha sido la que me ha hecho sentirme como una basura, sólo usted con su trato de desprecio ha conseguido lo que el resto de personas ni se había planteado, póngase esa medalla. Sabía que ese día llegaría, que algún día conocería a alguien que me reprobara por formar una familia mediante lo que se reconoce como una técnica de reproducción asistida. Pero no pensé que iba a ser un empleado público cuya función es atender a los ciudadanos. No me ha dado tiempo ni a poner una reclamación que seguramente no serviría de nada, me fui de allí deprisa y con ganas de llegar a casa a estar solo todo por lo mal que me ha hecho sentir aún sabiendo que no estoy haciendo malo. Supongo que así se sentirían las mujeres cuando reclamaban derecho a voto y se reían de ellas, o cuando no existía el matrimonio igualitario y muchos luchaban por él en España.

Termino dándole las gracias, porque ahora ya estoy preparado, porque ya nunca voy a ir confiado al pensar que todo el mundo es igual de tolerante, porque ahora ya se que que algunas personas anteponen sus prejuicios a su obligación como empleado público. Gracias porque lo que me ha pasado hoy y como me he sentido le aseguro que no me volverá a pasar.

Un saludo.